A pocos kilómetros de la capital tucumana, en Tafí Viejo, se encuentra el Pozo de Vargas, una construcción subterránea de mampostería de fines del siglo XIX que fue utilizada por la última dictadura militar entre 1976 y 1977 como inhumación clandestina.  Fue en el 2002, cuando los profesionales de la Facultad respondieron al llamado de la Justifica Federal y Organismos de Derechos Humanos para aplicar, en este espacio, métodos científicos en la búsqueda de restos de personas desaparecidas.

Este trabajo continúa hasta hoy en día y es llevado adelante por el Colectivo de Arqueología, Memoria e Identidad de Tucumán (CAMIT).  Luego de 20 años consecutivos de esta ardua tarea, la arqueología y antropología forense realizada por estos profesionales, logró convertir al “Pozo de Vargas” en el lugar de inhumaciones clandestinas con más identificaciones de Argentina.

Entendiendo la importancia y magnitud tanto de la actividad científica en sí, sus aportes y la posibilidad de respuestas que brinda a los familiares de desaparecidos, como el  trasfondo del espacio en tanto Sitio de Memoria, las autoridades de la Facultad recorrieron el área y participaron de una charla brindada por el CAMIT.  Del encuentro, participaron la Vicedecana, Dra. Norma Nasif; la Secretaria de Ciencia y Técnica, Dra. María Inés Isla; la Secretaria Académica, Alejandra Kortsarz y la Secretaria de Comunicación y Extensión Dra. Daniela Miotti en compañía de su equipo de trabajo.