Habilidades para el futuro

  • 02 Marzo, 2020
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Habilidades para el futuro: un reto para las universidades


Dra. Roxana Enrico
Lic. Eugenia Enrico

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En artículos anteriores hemos hablado de innovación educativa como estrategia para adecuarnos a esta sociedad en metamorfosis. Con el cambio de cómo recibimos y recopilamos información, colaboramos con otros y nos comunicamos, tener educación –o, en otras palabras, estar adaptado al mundo– ya no consiste en cuánto saber, sino fundamentalmente en tener la capacidad de adquirir nuevos conocimientos cuando se necesitan.

Pensamos que los verdaderos cambios en la educación superior deben ser sistémicos, ya que mientras estén restringidos a espacios cerrados, grupos pequeños de docentes o algunas cohortes de alumnos, no habrá innovación real.

De acuerdo con Camilloni (2001) los cambios curriculares (y agregamos, la elaboración de diseños curriculares nuevos) en la educación superior se han convertido en un tema que requiere alta especialización debido a la exigencia de una cuidadosa planificación, con un alto grado de previsión y anticipación en una época en la que la simple actualización de los currículos en términos de necesidades científicas, tecnológicas y profesionales presentes es insuficiente. Entre estos requerimientos urgentes del presente se encuentra la previsión respecto de la relación que se debe establecer entre la formación que se brinda en la universidad y la preparación para el trabajo.

Entonces, ¿Cómo tendrán que posicionarse las instituciones de educación superior para preparar a los futuros graduados para la sociedad cambiante y el futuro lugar de trabajo?

En el pasado, la educación consistía en impartir conocimientos. Hoy en día, se trata de proporcionar a los estudiantes las habilidades para navegar en un mundo cada vez más impredecible. Por lo tanto, la capacidad para adquirir continuamente nuevos conocimientos y mejorar sus habilidades a través de un aprendizaje independiente a lo largo de la vida es cada vez más importante. Lo que nos motiva a poner al posgrado universitario al servicio de una educación continua, potenciada con las nuevas tecnologías y el uso de innovación para capacitarse siempre y desde cualquier lugar.

El Informe sobre Capacidades Futuras 2019 (https://nextskills.org/future-skills-report-2019/ ) se basa en una serie de estudios de investigación sobre las capacidades futuras: el aprendizaje futuro y la futura educación superior.
Los resultados presentados en esta encuesta Delphi tienen una visión más amplia y van más allá de las demandas de habilidades digitales. El enfoque se basa en la visión informada de los expertos de la educación superior futura, teniendo en cuenta la demanda de habilidades futuras y describe las cuatro señales de cambio que darán forma a la revolución del aprendizaje en la educación superior.

1- La universidad de 'habilidades futuras': sugiere que las instituciones de educación superior abandonarían el modelo actual que se centra en la adquisición de conocimientos. En cambio, se desarrollarían nuevos perfiles que enfatizaran el desarrollo de habilidades de los graduados, es decir, la resolución de problemas complejos, el manejo de la incertidumbre o el desarrollo de un sentido de responsabilidad, etc. Esto no reemplazaría sino iría más allá del actual énfasis en la adquisición de conocimientos y el estudio basado en planes de estudio definidos para profesiones fijas.

2- La red universitaria: este escenario considera la educación superior como una experiencia de estudio en red. No se reducirá a una sola institución que proporcione a un estudiante un determinado programa, sino que este papel se dividiría entre varias instituciones. Esto significa que la 'importación digital' y la 'exportación digital' de partes del plan de estudios desempeñarían un papel importante. Se pasaría de un modelo de "una institución" a un modelo "multiinstitucional".

3- El escenario “Mi-Universidad”: este escenario describe las instituciones de educación superior como espacios donde se amplían los elementos de elección, y los estudiantes pueden crear sus propios planes de estudios basados en sus intereses personales. El plan de estudios de los programas académicos en este escenario pasaría de una estructura dada completamente predefinida y “por adelantado” a un modelo más flexible, personalizado y participativo en el que los estudiantes cooperen activamente con profesores / asesores en la creación del plan de estudios de los programas de educación superior.

4- El escenario de aprendizaje superior de por vida: en este escenario, el aprendizaje superior continuo de por vida sería tan importante como la educación superior inicial. Los estudiantes desde sus trabajos serían el principal tipo de estudiante, eligiendo su cartera de módulos de acuerdo con sus necesidades de habilidades personales y demandas de competencia con alta autonomía a lo largo de su vida. Por lo tanto, las instituciones ofrecerían micro credenciales, que los estudiantes ensamblarían individualmente según sus propios intereses. El reconocimiento de los logros de estudios previos y la experiencia práctica permitiría un cambio permeable entre diferentes proveedores, que ofrecen agrupar la experiencia de aprendizaje previa en certificaciones más grandes.

Así, el Delphi dio lugar a indicaciones distintivas sobre el paso de la educación y la enseñanza académica al aprendizaje activo de la elección y la autonomía. En el futuro, las instituciones de educación superior proporcionarán una experiencia de aprendizaje que es fundamentalmente diferente del modelo actual. Las dimensiones del aprendizaje futuro en la educación superior comprenderán aspectos estructurales, es decir, el aprendizaje académico como un proceso episódico entre las fases biográficas y los episodios privados a lo largo de la vida, aprendiendo como un mosaico institucional en lugar del modelo de una sola institución más extendido de la actualidad, con el apoyo de estructuras de transferencia de crédito más elaboradas, microcualificaciones y microcredenciales, así como el aspecto del diseño pedagógico del aprendizaje académico, es decir, prácticas cambiantes de evaluación, validación de pares, comunidades de aprendizaje, enfoque en habilidades futuras en entornos interactivos de aprendizaje socio-constructivo.

Para crear a los ciudadanos del futuro se necesita tecnología, pero también abrir la mente hacia nuevas rutas del conocimiento, dejando atrás las disciplinas independientes y volverse agentes de cambio multidisciplinarios. En la diversidad de conocimientos y habilidades estará, quizás, la clave para adaptarnos al cambio.