¿A qué me gusta sacarle fotos? A casi todo, pero principalmente a lugares y flores. Cuando viajo, trato de sacarle fotos a todo lo que llama mi atención, porque me gusta compartirlo después. Y al visitar museos o lugares similares, saco fotos para mis alumnos y mis prácticas docentes, enriqueciendo de esa manera mi labor profesional.
¿Por qué me gusta? Porque permite capturar momentos geniales, momentos que volvés a recordar y revivir con sólo ver una foto; porque cada foto cuenta una historia, porque te enseña a mirar de otra manera, porque tiene impacto en las emociones.
Cuando una foto me gusta mucho, le pongo nombre.
Y siempre tengo presente que lo que importa no es tanto con qué tome la foto, sino la pasión y la creatividad que pongo al disparar. Al fin y al cabo, suena muy razonable eso de que “No tomas una foto, la haces.”