Siempre disfruté de la vida al aire libre, cuando viví cerca al mar las caminatas por las orillas y la búsqueda de caracoles, rocas y objetos diversos eran toda una aventura. Siendo estudiante de biología en Perú, incursioné en el andinismo y ahí empezó mi relación con las montañas. 

Estudios, traslados y la familia me mantuvieron alejada de las cumbres hasta que por recomendación médica, hace tres años, tuve que empezar a correr. Al comienzo fue una tortura de media hora dos veces a la semana dando la vuelta al parque, hasta que rápidamente me contacté con un grupo de entrenamiento dirigido por uno de los mejores atletas de Jujuy. Ese fue el punto de inflexión, el momento del cambio. Durante dos meses pasé la prueba de fuego, la adaptación fue dolorosa para mis rodillas y apenas lograba dar una o dos vueltas a la pista de atletismo, pero semana a semana podía ver los progresos, lentamente empezaba a sentir el despertar de mi cuerpo hasta que finalmente el dolor cedió y empecé a ir a entrenar a los cerros. 

El trail running es una disciplina deportiva que consiste en correr por senderos de montaña, por eso es necesario un entrenamiento especial para fortalecer las piernas y agudizar los reflejos, es muy diferente de las carreras de calle. El terreno es heterogéneo, puede ser pedregoso, arenoso o estar lleno de barro, se cruzan ríos y charcos; por tramos se asciende a paso lento para después hacer tramos en descenso alcanzando gran velocidad por lo que hay que desarrollar la destreza para tratar de sortear los obstáculos naturales del camino. 

Descubrí en este deporte una forma de vida, una manera efectiva de estar en contacto con la naturaleza y a la vez combinar a la perfección algunos de mis intereses como la fotografía, conocer lugares nuevos e inaccesibles, escalar montañas, poder apreciar a escala de paisaje aquellos lugares de interés para mis estudios de campo y planificar salidas a posteriori con los estudiantes. Volver a ser niña, volver a asombrarte a cada paso.

Cuando corres de esta manera agudizas los sentidos, estás rodeado de los sonidos de la naturaleza, de sus aromas particulares y tu espectro visual se amplía. En las carreras o en los entrenamientos pasas muchas horas en soledad por lo que se convierte en una meditación en movimiento y un proceso creativo que cada vez me sorprende más, he podido organizar y resolver temas personales y de mi trabajo repetidas veces. Es un privilegio tener una oficina móvil y es un gran complemento para el trabajo. El trail te fortalece, te enseña a confiar en vos al tomar decisiones y desarrolla tu capacidad de adaptación, definitivamente te sirve para la vida y en mi caso también para el trabajo. A fines del año pasado, durante una campaña de campo en Lagunas de Vilama (4600 msnm), pude realizar varios ascensos, obtener fotografías y observaciones de lagunas, vegas y arroyos como información valiosa para mi tesis doctoral.

Como pueden ver, al principio no elegí hacer esta actividad pero ahora no la dejaría y se la recomiendo a quien me pide opinión!. He dejado para el final mencionar a ese gran grupo humano compuesto por mis compañeros y amigos del Team Lamas de Jujuy, con quienes cada fin de semana salimos simplemente a disfrutar!