Investigar en pandemia

  • 30 Mayo, 2020
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daniela

Daniela Alejandra González
Lic. En biotecnología
Becaria doctoral CONICET en INBIOFIV

Investigar en pandemia es desafiante: el encierro y las obligaciones cotidianas sumadas a las extraordinarias hacen de todo esto un evento único. Llevar a cabo tareas pertinentes a mi beca doctoral en esta situación se volvió un esfuerzo de todos los días, fundamentalmente cuando hay una familia con niños y, más aun, cuando hay niños por nacer.

Pero el trabajo no solamente me dignifica, sino, ante todo, me mantiene en eje. Levantarme, ver las actualizaciones del Mendeley, buscar mantenerme actualizada en lo que a mi plan de trabajo respecta, aprender y aplicar nuevos métodos de escritura y estadística, hacen de las mañanas la “oficina en casa”. Luego, llega el momento de compartir y ocuparnos de los nuestros para buscar continuar en algún momento del día con las tareas profesionales. No sólo se debe buscar el equilibrio emocional propio, sino también el de los más pequeños para que todo suceda del modo más fluido posible. Hubo días en los que las horas de escritura fueron largas y productivas, otros, en cambio, nulas. Pero realmente, vale la pena seguir midiéndonos con la vara estandarizada de productividad en esta situación mundial tan particular? Aprendamos a elogiarnos. 

Con esta pandemia nuestras vidas cambiaron: no hay reuniones con amigos, no hay salidas a cenar ni viajes. Ante esta situación hubo un shock inicial, como también la recurrente narrativa mental de como seguirá todo. Pero, esta vez con tiempo para compartir con mi hijo y con cuenta atrás para conocer a mi nuevo hijo me pregunto sino será lo mejor tratar a estos bloques de nuevo tiempo libre como un regalo?

Los núcleos familiares y laborales demostraron lo esencial de su existencia y presencia en estos meses ya que las palabras de aliento son pilares del día a día, necesarias para aplacar inseguridades y ansiedades propias del proceso gestacional y de la pandemia. 

Ante este escenario, nadie me da la certeza de que esto pasará pronto, entonces, prefiero elegir cuidar de mí y de los míos, ser tolerante con mi mente y gestionar mis emociones, mantenerme en eje cumpliendo mi rol laboral y fundamentalmente elogiarme ante el mínimo logro.

La nueva realidad nos necesita más flexibles en lo que a “normalidad” supimos llamar. Salir de la zona de confort está siendo desafiante, pero no tengo duda de que la recompensa será invaluable.