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  • 28 Noviembre, 2020
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EL KARATE, DENTRO Y FUERA DEL DOJO

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Dra. Viviana Juárez Heredia


Ser honrado, respetuoso, esforzado, defender la verdad y primar la razón ante la fuerza, son los objetivos de mi escuela de Karate-Do, Shorin Riu. Fue el sensei Raul Campo en 2011 quien me recibió con mucho respeto y dedicación, y me guió por el camino del esfuerzo y perseverancia durante todas las clases.

En 2011 también me recibí como Licenciada en Ciencias Biológicas, comencé a trabajar como docente en un colegio y a hacer investigación (ad honorem) en la FML. Mi vida había cambiado, pase a tener más responsabilidades, menos tiempo y más cansancio. Aun así, lunes miércoles y viernes a las 21 hs. estaba con mi karategui puesto saludando a mi sensei. Sus clases siempre fueron muy valiosas para mí, no solo por el contenido teórico-práctico, sino por los valores que él inculcó con sus palabras en cada finalizar de las clases. No tengo duda que esas ganas de ir a entrenar fueron producto del buen ambiente que generaron siempre mi sensei, senpais y seitos, quienes me recibieron con un gran cariño de familia, abriendo sus puertas con mucha humildad y dedicación para que mejore en todo sentido.

En 2014 inicie mi doctorado, y para esa fecha ya había logrado avanzar 3 cinturones (verde). Si bien hacer un doctorado hizo que aumentaran mis obligaciones (salidas de campo, cursos, escritura, congresos, etc.), trate de no faltar a mis prácticas semanales. Sentía la necesidad ir, porque me sentía cómoda, aprendía cosas nuevas, la interacción con mis compañeros era muy fructífera porque siempre salía aprendiendo de ellos, al finalizar de las clases compartíamos unos minutos tomando y comiendo algo y en donde organizábamos eventos para fortalecer al grupo (campamentos, caminatas, seminarios, torneos, aniversarios). Había días que estaba cansada e iba con mis últimas fuerzas, y salía llena de adrenalina con ganas de llevarme el mundo por delante, salía feliz de haber aprendido y compartido mis últimas horas del día.

En 2017 obtuve mi cinturón negro y en 2018 presente el manuscrito de mi tesis de doctorado…dos logros inmensos para mí. Es tan lindo pensar que disfrute dos cosas a la vez que me apasionan y ver que las pude concretar, pero claro que ahí no termina, nunca dejare de estudiar y de entrenar, de eso no hay duda.

Como habrán leído, me exprese hasta aquí en pasado, ya que a mediados de 2018 quede embarazada y deje de entrenar. Hasta el momento no volví, pero no fue motivo para que siga en contacto con mi sensei, senpais y seitos, preguntando como están y mandándoles saludos. Ahora la maternidad es un nuevo desafío que sin dudas me gustaría vivirlo practicando karate y claro que sería un placer que mi hijo también lo haga conmigo.

Entre muchas de las palabras que el sensei siempre nos dice, me quedo con las siguiente: “no solo se hace karate dentro del dojo, fuera del el también se hace karate”. Esto hace referencia a los objetivos que enuncie al principio, no solo tenemos que poner en práctica el esfuerzo, respeto y la sinceridad con nuestros superiores dentro del dojo, si no con nuestras familias, amigos, profesores, jefes, y desconocidos. Entendí que si todos practicáramos en lo posible un objetivo de estos, seriamos una buena sociedad.

No hay duda que sería muy bueno que todos “hagamos Karate”.

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