La “fuerte tradición de presencialidad” es un hecho en todos los niveles del sistema educativo por eso podríamos construir la hipótesis que en muchas ocasiones la mediación de las propuestas de enseñanza con tecnologías digitales se concentra más en proponer estrategias isomórficas a la educación presencial en vez de interpretarla (y aprovecharla!) como una oportunidad de generar otros modos y formas educativas que incluyan otras temporalidades.
Quizás sea posible (sobre todo en un nivel como el posgrado donde hay adultos formados como sujetos del acto educativo) “la posibilidad de un docente ofreciendo su clase en una aula presencial, junto a un grupo reducido de estudiantes allí presentes y, en simultáneo otros alumnos participando de esa misma clase, pero conectados de manera remota desde sus hogares”. Esta propuesta centra los aspectos híbridos o mixtos en las herramientas tecnológicas. La propuesta pedagógica continúa siendo sincrónica, es decir con estudiantes y profesores compartiendo un mismo tiempo. Creo que es un riesgo definir lo educativo sólo desde las posibilidades de lo tecnológico.
Me gustaría repensar la escena desde las propuestas pedagógicas posibles. ¿Por qué no diseñar instancias sincrónicas y asincrónicas con planificaciones propias, actividades diferenciadas, poniendo en valor las potencialidades que las tecnologías digitales nos brindan para diversificar las ofertas educativas, incluir múltiples lenguajes, promover las producciones de nuestros estudiantes? Incluir aulas virtuales articulándolas con las aulas presenciales. Un aula virtual que puede ser tal por la dinámica que en ella se instala, por los vínculos que se desarrollan, por las acciones que permiten la enseñanza y propician el aprendizaje
¿Caminos a recorrer? Muchos.
Quizás el primero sea el de la formación docente para que seamos capaces de realizar propuestas potentes, otro (para nada menor) es el institucional para respaldar y validar las instancias educativas virtuales configurando escenarios que ofrezcan vastas oportunidades para llevar a cabo propuestas educativas donde los profesores desplieguen estrategias desafiantes, interesantes capaces de diversificar, problematizar y potenciar las posibilidades de aprender y de enseñar.