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  • 28 Agosto, 2021
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Porque el hogar no es uno solo...

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María Marta Sampietro

Mi vínculo con España empezó hace toda una vida y más. Nieta de inmigrantes, es una relación que excede lo académico y está atravesada por lazos de sangre todavía vigentes, enraizados en Broto, un pequeño pueblo del Pirineo aragonés.

Desde lo académico fueron surgiendo oportunidades desde el año ’93, primero muy espaciadas, siempre financiada institucionalmente por universidades españolas. Esa etapa culminó en el ’97 con una beca de maestría en la Universidad Internacional de Andalucía. Pero es a partir del 2003, a raíz de un congreso celebrado en Tucumán, que se estableció un vínculo más sólido con el Departamento de Geografía y Ordenación del Territorio de la Universidad de Zaragoza, al que posteriormente se sumó el Departamento de Prehistoria de la misma universidad el CSIC y la Universidad Autónoma de Madrid. En esa oportunidad, el Dr. Peña Monné estaba estudiando los campos de dunas de Cafayate y los hallazgos de material cerámico hacían necesario la incorporación de un arqueólogo, con conocimientos de geoarqueología, al equipo.

A partir de esta interacción me resultó claro que para continuar con mi formación geoarqueológica necesitaba hacer un profundo replanteo conceptual y práctico de mis conocimientos de geomorfología. Esto dio lugar a la realización de una serie de pasantías trimestrales en la Universidad de Zaragoza (la mayoría auto financiadas) a partir del año 2013 que se mantienen como parte de la rutina anual hasta la actualidad. Estas pasantías incluyeron la profundización en conocimientos de procesos geomorfológicos de ambientes variados, cartografía analógica y digital, ocupaciones humanas (desde el Paleolítico medio [Neandertales] hasta la actualidad), desarrollo de metodología de investigación de alteración de arte parietal, estudios de presas romanas, reconstrucción paleoambiental de épocas recientes (Anomalía Cálida Medieval y Pequeña Edad del Hielo), desarrollo y aplicación del uso de drones en diversos contextos (desde explotaciones de sílex neolíticas hasta ocupaciones humanas actuales), incursiones en el estudio de paleotsunamis en la costa de Atacama, riesgos de inundación, afecciones patrimoniales, etc. E incluso la participación en el equipo de investigación que trabajó en una de las líneas de evidencias conducentes a la búsqueda de Federico García Lorca… siempre aplicando y desarrollando incluso métodos y técnicas geomorfológicas y geoarqueológicas.

De manera recíproca, académicos de la Universidad de Zaragoza visitaron nuestra Facultad lo cual redundó en el dictado conjunto de cursos de grado y posgrado regularmente desde el 2013 y el desarrollo conjunto de proyectos de investigación (http://geoarqueologia.csnat.unt.edu.ar/investigacion/) y docencia en nuestras tierras y en España que redundaron en una prolífica producción científica de calidad renovada y la consolidación del vínculo, con el enriquecimiento de todo el equipo del Laboratorio de Geoarqueología de nuestra Facultad.

En este momento tan particular que nos toca vivir, pandemia de por medio, el intercambio académico sigue siendo fluido y proyectado hacia un futuro próximo de nuevas aventuras de campo y laboratorio.

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